Controlar el destino de estos desperdicios es uno de las mayores retos del siglo XXI, estamos ante una bomba del tiempo que afectará a todo el planeta. Los desechos electrónicos no se están resguardando en depósito seguros. Tampoco se reciclan usando lo último en tecnología o siguiendo las mínimas normas de seguridad. Los países desarrollados llevan años de enviar su basura electrónica a sitios donde la mano de obra es más barata y las regulaciones en materia de medio ambiente son limitadas.
En Guiyu y Agbogbloshie, millones de computadoras se acumulan al aire libre, en medio del ganado, entre casas con techo de láminas y a unos cuantos metros de los depósitos de agua. Ahí, los materiales se reciclan mediante fuego y baños de ácido. Entre 75 y 80% de la basura electrónica que se produce en el mundo termina en Asia y África para ser reciclada. Ghana es uno de los puntos del planeta donde este tipo de desechos son parte de la vida cotidiana. Además de las 215,000 toneladas de electrónicos de segunda mano que recibe cada año principalmente de Europa occidental, el país genera 129,000 toneladas de esta basura.