Si estas apunto de comprar un dispositivo de apple, ten en cuenta el brillo y contraste de la pantalla de tu dispositivo, ya sea una portátil, MAC o un iPhone, normalmente todos bien igual, pero no está de más hacer una revisión profunda. El brillo o la luminosidad expresa la cantidad de luz que emite, y se mide en candelas por metro cuadrado. En general, la luminosidad influye en lo bien que veremos una pantalla en ambientes muy iluminados. Obviamente, esta cifra es más importante en una portátil o en un smartphone, dos dispositivos que es más probable que usemos a pleno sol o en ambientes con una iluminación excesiva y desfavorable. En un monitor de escritorio, la luminosidad no es tan crucial. Una excesiva luminosidad, de hecho, puede cansar la vista o traducirse en unos negros poco profundos si el contraste no es bueno. Aquí es donde entra en juego una de las cifras más tergiversadas por los fabricantes: el contraste. El problema del contraste es que no hay un estándar universal de medida, y eso hace que cada fabricante lo mida como mejor le convengan para inflar las cifras de cara a vender más. Para complicar más las cosas, hay dos tipos de contraste: real y dinámico. El teoría, el contraste real debería de medir la diferencia entre el píxel más iluminado de la pantalla y el más oscuro en instante determinado, osea, del blanco más blanco, al negro más negro. Este cifra depende casi por entero del tipo de panel del monitor. Estas cifras expresan cuantas veces es más luminoso el píxel más blanco con respecto al más negro. En general si tenemos acceso a ese dato, es mejor que el contraste real no baje de 1000:1.
Finalmente cuando ya se tiene elegida la portátil o la MAC de escritorio, es importante que le instalemos el iTunes (si es que no viene por default), para sacarle el máximo provecho a nuestro dispositivo.
