En 1997, Del Toro recibió 30 millones de dólares de Miramax para producir Mimic, la que ha sido su peor experiencia producción, pues los hermanos Weinstein se empeñaban en manipular sus decisiones creativas. De ahí que sea la más desigual de sus entregas. Tan mala fue esa experiencia en Hollywood, que al año siguiente el productor regresó a México para fundar su propia compañía de cine, pero poco después su padre fue secuestrado.
Tuvo que rechazar dos veces dirigir alguna de las cintas de Harry Potter, para prisionero de Azkaban se encontraba dirigiendo Hell Boy y para el misterio del príncipe justo estaba filmando la segunda entrega. Lo mismo pasó en el año 2010 con El Hobbit, aunque durante dos años desarrolló el arte y el guion, terminó por renunciar a causa de problemas de calendario y financieros.